martes, 18 de noviembre de 2014

ALQUILAR PISO EN VALLADOLID

Saludos. Voy a narrar mi propia histora sobre alquilar piso valladolid, espero que sea del agrado de todos.

Yo iba a cumplir 40 años en diciembre y había estado viviendo 7 años en pareja y 7 años solo con ayuda de mis familiares en una casa heredada de otros, pero llegó el día en que era mejor que me buscara un sitio que me pudiera pagar por mis medios.

Trabajaba al negro y cobraba una pequeña cantidad por unas colaboraciones, todo en economía sumergida sin declarar nada a hacienda (escribo desde España) y por eso no tenía una nómina, tampoco estaba estudiando nada ni en la universidad ni en ninguna parte.

Me fui a un piso de la plaza mayor con objeto de rentarlo, me pidieron una nómina o un certificado de que estaba estudiando en la universidad, no tenía ninguna de las dos cosas pero no me desanimé.

Fui a por la cartilla del banco e hice fotocopias de todas las páginas y las amplié para que a tamaño folio se viera que yo cobraba una cantidad fija todos los meses.

Pero me dijeron que eso no era tener una nómina sino trabajar al negro y que por no poder tener una nómina no me podían alquilar el piso, que eran órdenes del ayuntamiento, que probara a matricularme en algo en la universidad y pedir piso cómo estudiante, aunque fuera de idiomas, cómo hacía todo el mundo.

Así que me fui a otro piso para rentarlo y cuando me abrieron la puerta me dijeron:

--¿De dónde eres?
--De Valladolid
--¿Y qué haces que no estás viviendo con tus padres?

No entendían los ancianos caseros que alguno quisiera tener una vida independiente, se entendía que el alquiler era para los de fuera o para parejas. Gente sola de Valladolid si no iba a salir de la ciudad tendría que estar viviendo con sus padres.

La gente de Valladolid es así, se mete en tu vida...te pregunta por qué no estás viviendo con tus padres, por qué estás solo, si tienes novia...¡Quieren saberlo todo!

Y si no, no te hacen los papeles.

Aquel día cogí el autobús de la una en dirección a Granada, pero ésto, amigos míos, es otra historia.